viernes, 5 de abril de 2013

Símbolo efímero de una realidad completa.


La soledad no siempre viene sola, en ocasiones, incluso en la mayoría de ellas la gente que mas sola se siente es la que vive en multitudes, sí, esas personas que van andando entre un numero incontable de personas, con la cabeza gacha, mirados por grandes edificios de importantes ciudades. Dicen que las multitudes son un estorbo, y que si quieres sentarte ahí tienes el suelo.
Últimamente siento como si algo se me olvidase o me faltase, como si de repente pusiera atención en algún punto de mi y me percatase de que ahí falta algo, es parecido a cuando te haces una herida, como si se te cayese un pedazo de uña, no te das cuenta de ello hasta que lo ves, no sabes cómo, dónde o cuándo te la has roto, pero una vez que te das cuenta, molesta.
He perdido una piezza de mi pequeño puzzle de 50 piezas : simple, sin complicaciones pequeño... necesita pocos de esa especie de cuadraditos que encajan entre sí para estar completo, pero, sin embargo, no consigo encontrar una de esas piezas, concretamente esa de la esquina, la que parece que no tiene importancia hasta que el rompecabezas está casi completo. Ves toda la imagen que proyecta, esa pieza no tiene mucha importancia, pero siempre jode que no este ahí.
Debí romper algo en la caja, lo que hizo que se perdiera por algún lado, o quizá me la mandaron defectuosa; resulta ridículo el simple hecho de pensar en reclamar, ¿no es cierto?
De hecho no es que nunca halla estado, sé que una vez mi puzzle estuvo completo, pero lo mas probable es que se haya caído cuando orgullosa e ido a colgarlo en el pensamiento mas consciente y privado de mi, para disfrutar discretamente de mi trabajo, o puede que alguien, dichoso él, lo haya tocado sin preguntar y halla tirado ese pedacito de uña al suelo.
Puede que me hayan robado la pieza que a ellos les falta para completar el suyo.
El corazón me late deprisa, trato de adivinar donde y cuando me he roto la uña, pero no hay manera, lo que quiera que sea que me haya golpeado a sido muy sigiloso y suave, y me lo a quitado, eso, que es mio y me pertenece, que necesito.
Me lo devolverá el tiempo, o una sonrisa fugaz, un gesto indiscreto, o puede que una caricia efímera que discretamente ocupe el hueco que me falta.
Voy por las calles buscando ese signo de felicidad efímera que inconscientemente me completará, pero perdí la capacidad de percepción y desde entonces sólo fumo inspiración.

No hay comentarios:

Publicar un comentario